Comentario de Rueben, acerca de "la crisis y el derecho del trabajo" de Carlos Palomeque

Tengo la sensación de que pocas de las rencillas del pasado se han superado hoy en día, por no decir ninguna, al menos en un plano ideológico.
Si es cierto que en la actualidad, el "pueblo", por decirlo de algún modo, tiene más fuerza para hacerse oír, con una democracia y un ámbito sindical ya asentados, que quizás sea la gran diferencia con tiempos pasados. Sin embargo la realidad es la de siempre: la patronal sigue teniendo mucha fuerza, con gran capacidad de presión sobre la clase política y posturas muy similares a las del pasado.
También es cierto que el derecho del trabajo actual es bastante más extenso que anteriores (como expresa Carlos Palomeque en su artículo), además de más afianzado, con mayor capacidad de control, pero en la mentalidad de nuestros empresarios sigue existiendo la misma máxima de siempre, que no es otra que la del máximo beneficio, al cual se intenta llegar entre otras vías por la de la flexibilización de la contratación laboral, en función del número de trabajadores que necesite el empresario en cada momento, algo positivo si no fuera por la sensación real de inestabilidad y falta de confianza que genera este hecho en el trabajador.
Lo que a mi juicio queda bastante claro es que, esta crisis, sea o no provocada por una relación directa con el derecho del trabajo, desde luego si se ve seriamente agravada por la destrucción de puestos de trabajo, como es lógico, conllevando no solo largas colas de paro, sino también una generación de desconfianza entre las propias personas que aún conservan su empleo, por el miedo a que a ellos también les toque hacer cola un día, lo que a su vez origina más paro, por la consecuente reducción del consumo.
Así, empresarios y sindicatos tienen distintas formas de entender la salida a la crisis: los primeros reclamando flexibilizaciones del sistema, y los segundos reclamando el abandono de la técnica del empleo temporal, una técnica que lejos de verse superada, cada día parece utilizarse más.
Todos quieren generar empleo, pero de maneras bastante diferentes, por lo q la vieja lucha entre unos y otros aún continúa, convirtiéndose en un problema que la sociedad aún no ha superado.

Rubén Llorente Amor